La sanación ha sido siempre posible, gracias a la intención de quienes han querido ayudar a los seres humanos desde el principio de los tiempos.
Los que han visitado Dendera en el antiguo Egipto, habrán observado la única versión de Cleopatra (filósofa, matemática y políglota), dónde aparece señalada como poseedora de una glándula pineal excepcional.
El pueblo egipcio relacionó el ojo de Horus o Udjat,(el que está completo) con la típica forma del entorno de la glándula pineal en el cerebro humano y aseguraban que estaba dotado de poderes mágicos y que fue utilizado para volver a la vida a Osiris. Udjat representa el orden, lo perfecto, la unidad y estabilidad de lo humano-cósmico.
El agujero de Monro es nombrado en el libro tibetano de los muertos, como la apertura brahmánica, (es decir el camino para conectar con Brahma…el creador) en el ojo de Horus, observamos cómo la glándula pineal y la apertura brahmánica, están conectados. Por este conducto se llega a la luz clara de la realidad.
¿Puedes dimensionar lo que será tu existencia cuando logres activar tu glándula pineal?
Los procesos para despertar y activar la glándula pineal , incluyen el despertar de la kundalini.
Las culturas antiguas nos hablan que cuando nacemos, empezamos a sanar…¿Qué querían decir con ésto? Todo lo contrario a lo que nos han dicho los científicos del siglo xx. Los científicos del siglo XXI han vuelto a coincidir con las culturas antiguas, “podemos sanar y recuperar el estado original de nuestros órganos” la mejor ciencia nos lo dice ahora.
Todos los seres humanos somos continentes de un equipo muy especial, a través del cual se deslizan unos cauces de energía que vamos a empezar a detectar a estimular y a manejar con eficiencia, para autosanarnos y sanar a otros.